RAILGRUP empezó su trayecto en el año 2002, con el objetivo de aunar esfuerzos en el sector ferroviario y dar las mejores herramientas posibles para favorecer la competitividad de los asociados al clúster. Han pasado casi 20 años desde entonces y el mercado y la industria del ferrocarril han cambiado mucho más de lo que parece.

En primer lugar, porque ya no sólo somos el sector ferroviario. Estamos en movilidad, que suma modos de transporte, que integra hacia el usuario. Dándole sentido a la movilidad hacia una herramienta que te ayuda a hacer tu vida. La multimodalidad se ha impuesto como fórmula inexorable para atender las necesidades cada vez más “líquidas” de los usuarios. No importa el medio, importa la experiencia. O lo que es lo mismo: lo que importa es desplazarse con las máximas garantías de puntualidad, coste, seguridad… si es un tren o un vehículo privado, o un patinete eléctrico de sharing, o un autobús, o las cuatro cosas es lo de menos. De hecho, en el clúster ya hace algunos años que hablamos de movilidad y no de trenes. Técnicamente el concepto se ha definido como Mobility as a Service (MaaS).

Este cambio de paradigma tiene un impacto evidente sobre toda la cadena de valor del sector. De entrada porque hemos tenido que empezar a colaborar con empresas que hasta ahora veíamos como competidoras. Y hemos tenido que aprender a compartir conocimiento y a desarrollar proyectos conjuntamente. Si se quieren usuarios y clientes las empresas que fabrican trenes, vehículos privados, patinetes eléctricos de sharing o autobuses están obligadas a entenderse.

En segundo lugar porque el mercado se ha liberalizado. Se agranda el mercado, pero también lo hace la competencia. Conclusión: para triunfar habrá que ser más rápidos, más eficientes, mejores en la producción de bienes y prestación de servicios.

Y en tercer lugar… la sostenibilidad ambiental ha pasado de ser algo deseable a algo imprescindible. Y aquí, el sector rail tiene mucho que decir. La Unión Europea considera el ferrocarril un transporte determinante para conseguir los objetivos de neutralidad climática fijados para el año 2050 y que suponen una reducción del 90% de las emisiones de CO2 generadas por el transporte. Además, el tren es 9 veces menos intensivo en emisiones de CO2 que la carretera para transportar mercancías o que el avión para transportar pasajeros. Estos datos, combinados con una baja cuota en el transporte de personas y bienes en media y larga distancia, ofrecen un panorama alentador.

Necesidades de hoy, oportunidades para mañana

Los tres cambios (más transversalidad, más competitividad y más sostenibilidad) sólo son asumibles con la ayuda intensiva de la tecnología.

Una de las obsesiones recurrentes del clúster ha sido el apoyo a la innovación tecnológica. Y no es casualidad. Hemos visto muchas veces como innovar en procesos productivos o en modelos de negocio se ha traducido en un éxito empresarial indiscutible y en una mejora evidente para el usuario. Es imprescindible destinar el mismo tiempo a atender las necesidades de hoy que a generar oportunidades para mañana.

La transformación digital se está llevando a cabo sobre cuatro ejes: transformación de la experiencia del cliente, transformación de los procesos operativos, capacitación de empleados y transformación del modelo de negocio. Dicho de otro modo, la movilidad digital, la digitalización de operaciones y la logística a demanda.

Por tanto, se hace necesario mantener un enfoque más allá de la pura operación ferroviaria (visión interna) e incorporar un enfoque externo, en clave usuario final. Encontrar soluciones que aborden los factores clave (el atractivo, la conveniencia y la asequibilidad de la oferta ferroviaria y su sostenibilidad ambiental) es fundamental para proporcionar a los clientes (pasajeros y empresas de transporte) un fácil acceso a una cartera de opciones de movilidad multimodal sostenibles con el ferrocarril como columna vertebral.

Hacer frente a estos desafíos requiere que el sector ferroviario asuma una mayor proporción de la demanda de transporte en las próximas décadas. Los objetivos políticos relativos al desarrollo económico, la mejora de la cohesión social y la protección del medio ambiente, requieren una base de movilidad mucho mejor.

Sólo el ferrocarril puede proporcionar la columna vertebral de esta movilidad en un contexto multimodal, sostenible y eficiente. Pero sólo podrá hacerlo con innovación y tecnología.

 

Ignasi Gómez-Belinchón, PhD
Railgrup
Cluster Manager